martes, 19 de julio de 2005

En las aguas cálidas del cálculo egoísta

Sobre Dubai, creíamos haber ya hablado. Pero en verdad sólo habíamos tartamudeado un poco. Al Gran Hotel de Dubai ya inaugurado se suman dos proyectos igualmente faraónicos (o sultánicos, como se prefiera): Las palmas (ya fue totalmente vendido) y El mundo (un conjunto de 300 privadísimas islas artificiales que reproducen un planisferio en las que cualquier multimillonario podrá edificar lo que quiera). Está también Hydropolis, el resort subacuático, pero después de Tiburón-no-sé-cuánto, eso no puede impresionar a nadie.
Una vez recuperado el aliento, seguramente podremos hacer un elogio abstracto de esas victorias arquitectónicas. Y después, seguiremos tartamudeando ante tamaña iniquidad.

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