sábado, 11 de junio de 2016

Arte y perversión

Por Daniel Link para Perfil


¿Qué es un artista? A los rasgos que podrían asignarse a esa figura ambigua y muchas veces contradictoria, hay que anteponer el rasgo “perverso”.
Un artista es un perverso que justifica sus vicios de conciencia haciendo arte (literatura, teatro, cine, no necesariamente artes visuales).
Rafael Spregelburd es uno de los más grandes artistas que tenemos. Yo lo sé desde hace mucho, pero su perversión se me impuso hace menos años, desde que, después de haber visto Spam, empezamos a intercambiar mensajes de... spam.
Lo que la gente manda sin leer a la basura, Rafael lo interroga en busca de una verdad. Me manda la cartita de Jennifer Davice, quien “estoy navegando ahora en Facebook y encontró su perfil que capturó mi interés, me decidí a renunciar a unas pocas palabras para ti”. Rafael quiere que deduzcamos en qué lengua estuvo escrito el mensaje original. Yo quedo paralizado en mis saberes lingüísticos. Como no tengo Facebook, me da rabia no poder aspirar a una experiencia de ascesis semejante. Jennifer, y se le nota, ha renunciado a las palabras y a la sintaxis por admiración hacia Spregelburd (a muchos de nosotros nos ha pasado lo mismo, pero nos lo callamos). Rafael vota magyar. Yo me inclino por chichewa (de la familia bantú).
Como mi perversidad no es menor que la de Spregelburd (aunque sí mi talento), le mando el conmovedor mensaje de Susana Kunigde, “una viuda de envejecimiento que sufre de la enfermedad desde hace mucho tiempo” y que pone a mi disposición una suma exhorbitante “para ayudar a los huérfanos y ventanas”.
De inmediato, Rafael se da cuenta de la fuente anglosajona: “orphans and widows”. Una viuda es una ventana hacia la muerte.
Lo que para el común de los lectores es un mensaje basura y un intento de estafa, para nosotros es una interrogación acuciante: ¿quién, por qué, de dónde? Así, en el balbuceo de palabras que se resisten a morir, empieza el arte.




No hay comentarios.: